miércoles, 18 de noviembre de 2015

Qué pena, amor mío, que me sienta así de sola, que el peor de los naufragios haya sido el de tu cama. 
Qué misterio, amor roto, el que esconden tus mentiras y la sonrisa siempre forzada que le regalas a los demás.
Qué lástima, amor sucio, haber cultivado flores en un suelo que donde la primavera es helada, por eso nunca las veré. 
Qué incertidumbre, amor errado, me da el mañana que no será capaz de dar escenario a nuestras más locas planificaciones. 
Qué tontería, amor pisoteado, la inocencia con la que leí tus páginas y mis deseos de seguir escribiendo en ellas.

Qué tristeza, amor, no pudimos ser, y no lo seremos nunca más.



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